Descubre con +QUL cuatro fruterías en pleno corazón de la ciudad que combinan una decoración singular con un producto fresco y de cercanía
Como en Casa fue fundada en 1904 por el abuelo de Teresa, la actual dueña. Lo que comenzó siendo una huevería se convirtió con el padre de Teresa en una frutería. Teresa continuó con ella a partir de 1985 y, en el 2007, la transformó en una tienda biológica. Aquí encontrarás todo tipo productos ecológicos, comenzando por alimentos frescos —verduras, frutas, hortalizas y lácteos—, siguiendo por carne, conservas, dulces, galletas, varias opciones para veganos y para intolerantes al gluten, y terminando con productos de cosmética e higiene. Este comercio se esconde en el castizo barrio de La Latina.
Frutería Infinita Eva destaca por una decoración tan singular y mágica que hace que muchos transeúntes se paren a observarla. Del techo cuelgan todo tipo de verduras y frutas, unas frescas y otras secas. En las paredes hay desde una guitarra y sombreros hasta muñecas, cestas y utensilios de cocina. Es una frutería que defiende la procedencia nacional de sus productos, lo cual se traduce en una materia prima muy fresca y de una calidad excepcional. Además, proporciona un amplio abanico de servicios: reparto a domicilio, elaboración de cestas, preparación de brochetas, etc. Si lo necesitas, te ayudan con recetas e información sobre sus productos menos conocidos. La encontrarás en la calle Vallehermoso, 74, en el barrio de Chamberí.
Frutería Silvestre abrió sus puertas en 1971, de la mano de Mateo y Miguel, quienes venían de un pueblo de Guadalajara. A fecha de hoy, está dirigida por sus hijos junto con un gran equipo, que atiende a domicilio, sirve a cafeterías y restaurantes, así como a colectivos (colegios, residencias, oficinas, etc.). Este comercio se distingue por su producto fresco y de cercanía. Si quieres saber más de este gran equipo humano, date una vuelta por la calle Felipe Campos, 11, en el barrio de Chamartín.
No hay manera de saltarse el escaparate de Frutería Tradicional Jerónimo, pues lo enmarca un toldo negro con unas letras medievales desde cuya altura cuelgan cebollas, ajos, chiles o mazorcas de maíz. Las paredes del escaparate están repletas de melones de todos los tamaños, colores y formas, piñas, guanábana y otras frutas tropicales. El interior está pintado en un acogedor verde, donde encontrarás cerezas de La Rioja, tomates de Almería, nísperos de Granada, fresas de Huelva o piparras vascas. Todo ello disponible para repartir a domicilio en los barrios de Chamberí, Argüelles o Moncloa.
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